Hacer una historia completa de la navegación a vela es un trabajo imposible que requeriría muchos libros y muchas investigaciones. No obstante, este mes nos gustaría hacer un recorrido superficial pero entretenido y pedagógico por el mundo de la vela. Desde sus orígenes, en esta primera entrada, hasta la época dorada de la navegación a vela, en nuestra próxima publicación.
El ser humano ha estado vinculado a la navegación desde los tiempos más remotos, hasta el punto de que los aparejos de pesca y las formas más rudimentarias de transporte en el agua pueden contarse entre los elementos que nos hacen propiamente humanos. Los mitos más antiguos, que se remontan unos 12.000 años, tratan sobre la subida del nivel del mar del periodo posglacial y de cómo el ser humano lidió con las nuevas condiciones geográficas. Algunos milenios más tarde, la narración del diluvio y del Arca de Noé ya contenía una fuerte influencia (tanto en los mitos como en la práctica) de la navegación de las civilizaciones mesopotámicas, que (al menos desde los sumerios) navegaron por sus dos ríos (Tigris y Éufrates) y por el golfo Pérsico. Los antiguos egipcios tampoco se limitaron a la navegación fluvial del Nilo. Utilizaron las rutas marítimas del Mediterráneo existentes desde el Neolítico (por las que se habrían difundido durante milenios fenómenos culturales como el megalitismo o la metalurgia) con sus naves de carga (kebenit) para el transporte de mercancías preciosas desde los lugares más remotos. Existían otras culturas célebres por su dominio del mar, como la civilización cicládica (o los minóicos y los micénicos). Luego, hacia el final de la Edad de Bronce, la historia del Mediterráneo Oriental está marcada por la relación y el conflicto con los “pueblos del mar”. Y esto por limitarnos a lo más cercano, porque hay otras culturas muy potentes en el arte de la navegación, como por ejemplo los polinesios, que viajaron desde tiempos inmemoriales por el Índico, el Pacífico y América.
En la época dorada del mundo clásico hay que destacar, por supuesto, a los griegos (y sus famosos trirremes), pero también a los fenicios, que aquellos consideraban sus maestros en la navegación. Los fenicios controlaron el comercio y establecieron colonias no sólo en el Mediterráneo sino también en África y Gran Bretaña. Se cree que incluso llegaron a América, pero de esto hablaremos luego por las dificultades que lleva consigo enfrentarse al paradigma del “descubrimiento” de América por parte de Cristóbal Colón. El dominio del Mediterráneo continuó siendo el objetivo de todos los imperios en los siglos posteriores. Primero por los romanos, luego por los árabes y finalmente por las distintas naciones europeas.
Entre los siglos VII y XI quizá los reyes de la vela fueron los vikingos. Sus grandes avances en el diseño de barcos (como el drakkar) y sus excelentes dotes para el comercio se demostraron en su presencia en toda la fachada atlántica de Europa (Gran Bretaña, Países Bajos, Alemania, Francia). También en la Península Ibérica, donde atacaron las costas cántabras y posteriormente llegaron a los dominios de Al-Andalus. Hay evidencias de que en torno al s. X alcanzaron las costas de América.
El conocimiento no sólo de la vela sino de la brújula y de otras técnicas astronómicas y cartográficas permitieron que entre los siglos IX y XV pasaran por América, tal como recoge Luisa Isabel Álvarez de Toledo en su libro “África vs. América, la fuerza del paradigma”: “moros, judíos, vikingos, bretones, portugueses, genoveses, florentinos, sicilianos, venecianos, catalanes, valencianos, gallegos, vascos, andaluces, ingleses, escoceses y turcos, arribando los chinos por el Pacífico”. Se sabe por el archivo histórico de la duquesa de Medina Sidonia que los árabes tenían colonias en Brasil al menos desde el s. XI. Y sin entrar en discusiones mayores, la ciencia misma confirma que no hay ningún avance significativo en el arte de la navegación de la famosa Era de los Descubrimientos que no estuviera ya presente en el s. IX. Todo este tema es muy interesante y requeriría un espacio propio. Os recomiendo que para más información visitéis la web de la autora:
https://www.fcmedinasidonia.com/webs_isabel_alvarez_toledo.html
En nuestra próxima entrada hablaremos de la Era de la Navegación a Vela, que comienza en el s. XVI y llega hasta la Edad de Oro de la Navegación en el s. XIX, cuando alcanza sus cotas más altas la eficiencia de los usos comerciales y migratorios de la navegación a vela.